Un acercamiento a este difícil período del escultismo en Vigo. Por *Enrique Soto
En julio de 1937 se celebra en Santiago de Compostela el que sería último campamento nacional de los Exploradores de España. Poco tiempo después son suspendidos de actividades en Galicia, y en 1940 una orden circular del Ministerio de la Gobernación, disuelve la asociación.
El parón fue completo en Vigo hasta finales de los años 50, momento en el cual, unos antiguos exploradores inician la reorganización, y será en 1966 cuando llega Ángel, y se hace cargo del que sería Grupo Scout San Jorge nº 4 de los Scouts de España, donde va a permanecer hasta el año 1971.
Este es el relato desde el punto de vista de un niño primero y un joven después, que vivió la experiencia como lobato y como scout durante esos años de la reactivación.
Conservo todavía las “memorias de un campamento”, escritas por mi padre, que fue uno de los participantes en el último campamento nacional de los Exploradores de España.
Él tendría unos 14 años y de su lectura se desprende que la actividad fue muy interesante y divertida, y también muy scout.
Pero la ilusión de todos esos jóvenes exploradores fue truncada en muy poco tiempo, con la suspensión primero y la disolución después. Me imagino que en todos ellos se generaría rabia y deseos de continuar, pese a la represión que durante casi 20 años impidió cualquier reacción, obligando a un paro absoluto.
Fueron muchos años recordando y añorando, hasta que encontraron la primera oportunidad, y eso sería alrededor de 1957 ó 1958, cuando un grupo de exploradores formaron el “Comité Scout de Vigo”, que poco después se convertiría en la “Institución Gallega de Escultismo”, quien a su vez, mas adelante se integraría en los “Scouts de España”,ASDE.
Para mí fue el primer contacto con el escultismo. Tendría 7 u 8 años, e iba de la mano de mi padre, y poco recuerdo de todo aquello. Si me acuerdo del lugar, un local en la calle García Barbón frente a la iglesia de Santiago de Vigo.
No recuerdo tampoco a nadie de mi edad, eran todos mayores, aunque esto hay que tomarlo con reservas, ya que para un niño de 7 años, un explorador de 15 seguramente sería considerado mayor.
De aquellos primeros años hay nombres que por su trabajo y tesón mucho les debe el escultismo en Vigo, tales como Jorge Sort, Gayurt, Cortés, Víctor, Emilio, Teijeiro, Botana, Mastache, Queralt, Paco Mantecón, Cruces, Viso, Fito Montenegro, Tabú, Escaned, y seguro que me dejo bastantes en el tintero, algunos de los citados seguramente todavía eran muy jóvenes pero repito, yo era pequeño, para mi todos eran “mayores”
Una cosa que me impactó de los exploradores, era el “puñal” que llevaban. Un instrumento tan versátil que (influenciado por las películas de entonces) servía para, desde luchar contra un cocodrilo, hasta para asar la carne en el fuego, pasando por su uso en la construcción de cabañas en la selva, e incluso su utilización para la cauterización de una herida infectada, previa su puesta al rojo vivo en el fuego. Una maravilla.
Yo nunca fui mucho de uniformes, pero los acepté como de obligado uso dentro de las normas del ceremonial, que siempre respeté. Por lo que cuando me pusieron el uniforme de explorador pero no me dejaban llevar el puñal, me enfadé bastante. No entendía, que si el cuchillo era parte de un buen explorador, porqué razón si me ponían el uniforme, no me lo dejaban llevar.
Mi padre debió de considerar lógicas y fundamentadas mis demandas y llegó a un acuerdo conmigo. Me regaló un cuchillo de goma, para que lo pudiera lucir con el traje de explorador, con la promesa de que cuando fuera un poco mayor, me enseñaría a usarlo y me compraría uno auténtico. Acepté de buen grado el acuerdo.
Cuando algunos años después estando ya en la Tropa me llevé por delante el dedo pulgar, tallando el pasador para el pañuelo de promesa, comprendí en toda su extensión, la razón que tenia mi padre.
En aquellos años yo era muy pequeño, y todo lo que aprendí del escultismo entonces, me lo enseñó él.
Enfermó en 1961 y falleció de cáncer de pulmón a principios de 1963, con 40 años recién cumplidos. No fumaba, hacía una vida sana, era y vivía como un scout. Una broma de mal gusto que le gastó el destino, aunque ya se sabe que el destino carece de sentido del humor.
Él fue la víctima principal, pero también lo fueron su mujer, sus hijos, y de alguna manera, creo que también el escultismo en la ciudad de Vigo.
Por todo ello en mi etapa de lobato, muy poco pude participar en las actividades oficiales, acudía a diversos actos junto a mi padre, mientras él pudo, y sería a partir de su muerte, a principios de 1963 cuando me incorporé de forma activa a la Tropa Scout del Grupo V1 San Jorge de Vigo.
Ingresé en la Patrulla “Cobras” y con los conocimientos previamente adquiridos con mi padre, me fue fácil superar todas las pruebas para adquirir La 3ª clase y dejar muy pronto de ser considerado un “pietierno”. A medida que superaba las pruebas iba también subiendo puestos en la Patrulla, tercer scout, segundo, primero. Fue entonces cuando el Guía de la Leopardos me ofreció formar parte de esa Patrulla con idea de ocupar el puesto de Subguía en la misma cuando él pasase al Clan. Acepté.
Por aquellos tiempos, no era fácil ser scout en España. Se nos acusaba de “rojillos”, anglófilos y con tendencias masónicas. Cosas que evidentemente yo no entendía que significaban.
Llegamos al año 1964, se produce entonces una crisis muy importante en el Grupo que entre otras cosas pierde su local.
Se convoca una reunión en los Capuchinos a la que asisto; previamente se había celebrado otra en una finca en la Guía con un ambiente que me había parecido extraño, pero no tenía ni idea de lo que se avecinaba. En ese momento, creo que el entonces Comisario de Distrito ofrece la puerta a todos los que no se encontrasen a gusto en el Grupo. Para mi sorpresa, todos los Guías y Subguías así como la mayoría de scouts de la Tropa se marchan. Sabía que algo había, pero no que la cosa fuera a llegar a esos extremos. Por un instante, dudé que hacer. Es en ese momento, posiblemente por miedo a que continuase la sangría, cuando se da por concluido el asunto y se cierra la puerta. De repente, me veo rodeado de la poca gente que allí queda, y entre ellos, me convierto en un veterano.
No me dan instrucciones, me dicen que ya me llamarán.
En esos momentos y durante los próximos meses estoy a punto de dejarlo todo, pero pienso en mi padre, y decido esperar.
Creo que es ya en 1965 cuando recibo una llamada, han pasado muchos lobatos de la Manada a la Tropa así como se ha incorporado gente nueva. Yo pese a mi poca experiencia, soy considerado veterano, por lo que paso a ser Guía de Patrulla primero y Primer Guía de la Tropa después.
A veces, para los jóvenes de entonces, no nos era fácil sintonizar con los antiguos exploradores. Fue una generación que hay que reconocer que sufrió mucho y lo pasó muy mal. Está claro que la guerra, el hambre, les afectó sobremanera y la vida para ellos resultó muy difícil en su mejor momento, la juventud. Pero la mayoría de nosotros, ni habíamos vivido la guerra, ni pasamos hambre, ni ninguna de las penurias que nos relataban, por ello no sólo no podíamos ponernos en su lugar, sino también, no teníamos interés alguno en hacerlo.
Es en ese momento cuando en 1966 aparece Ángel Baspino que se convertirá en el nuevo Jefe del Grupo V-1 que pronto será el Grupo Scout nº 4 San Jorge de los Scouts de España.
Ángel era un antiguo explorador, pero cuando ingresó en 1936 tenía sólo 8 años, por lo tanto estaba mucho mas cerca de nosotros que los demás antiguos, por ello el entendimiento y la sintonía con él fue mucho mayor.
También por esas épocas entra en escena Antonio Ozores que será nuestro Jefe de Tropa Scout. De toda aquella gente que junto a Ángel, y bajo su dirección, aprendimos y nos convertimos en scouts, seguimos actualmente en primera línea, Antonio Ozores, Jhony; Dito, y Aymerich (dos de mis patrulleros de la Leopardos), y yo mismo.
En 1982, más de 40 años después de aquella orden de suspensión, los Scouts de Galicia, Exploradores de Galicia, recuperaban la plena personalidad jurídica. Fue mucho tiempo, y bastantes de aquellos antiguos exploradores quedaron por el camino, pero allí estábamos algunos de sus hijos. Una idea, sólo puede erradicarse convenciendo a todas las personas que la sustentan, de que hay otra mejor. Cualquier otro intento, es completamente inútil, aún incluso en el caso de que se gane una guerra.
En el próximo mes de noviembre cuando a Ángel Baspino le entreguen la Medalla Iradier, espero que para él constituya una enorme emoción, desde luego para mí supondrá una gran alegría.
* Enrique Soto, fue Comisario de la Zona III (Galicia) de los Scouts de España, de 1977 a 1982; Presidente de los Scouts de Galicia (ASDE) de 1982 a 1987. Presidente Federal de AISG España de 2005 a 2011. Actualmente es Presidente de Scouts y Guías Adultos de Galicia.